Por eso es muy importante si te sientes mal crónicamente, que antes de empezar un tratamiento, o si ya lo has comenzado, te plantees cuáles son tus creencias respecto a tu salud y enfermedad.

¿Te consideras una persona fuerte y sana o, por el contrario, enfermiza? ¿qué te han enseñado sobre la enfermedad? ¿confías en tu cuerpo ante la enfermedad? ¿cuando te sientes mal crees que sin un profesional de la salud no vas a poder mejorar? ¿recurres a medicamentos y productos naturales a la mínima que sientes algún síntoma? ¿qué sientes cuando no te encuentras bien (miedo, desesperanza, desesperación, impotencia, rabia, angustia…?.