¿Tienes dolores de regla? ¿síndrome premenstrual? ¿rregularidades en tu ciclo? ¿Abortos espontáneos? ¿Infertilidad?...

Presta especial atención a tu hígado y tu alimentación.

La degradación de los estrógenos y la progesterona ocurre en el hígado. .
Para que esto ocurra son de vital importancia las vitaminas del grupo B (incluidas B1,B2, B5, B6, B12, ácido fólico, la colina y el inositol) y los minerales zinc, selenio, cobre y magnesio, además del glutatión, sulfuro y glicina. Sin todos estos nutrientes, este proceso de limpieza no se puede llevar a cabo.Por ejemplo, el estradiol (el estrógeno más potente de todos), se degrada en el hígado con la ayuda de las enzimas del hígado y junto con todos los nutrientes mencionados, pasa a ser convertido en estriol (el estrógeno más suave de todos) que junto con la fibra de la alimentación es eliminado del organismo.

Sin estos nutrientes pueden aparecen los efectos y síntomas típicos de exceso de estrógenos y deficiencia de progesterona como son: falta de deseo sexual, menstruaciones irregulares, dolor de mamas, aumento de peso, infertilidad, imposibilidad de sostener el embarazo y un largo etcétera.

Alimentos especialmente beneficiosos para el hígado y su limpieza: brócoli, col, coliflor, coles de Bruselas, rábanitos, rábano negro, pepino, rúcula, endibias, escarola, aceitunas amargas, huevos…

Si sufres de estos problemas más arriba mencionados, no lo dudes y visita a un nutricionista o un terapeuta que entienda de alimentación. Tus hormonas no deberían darte ningún síntoma… todo lo contrario, el equilibrio hormonal te ayuda a vivir más conectada contigo misma.