Un gran error en el diagnóstico del “colon irritable” es asumir que los síntomas provienen de un desequilibrio en el colon. Por eso creo que es más acertado hablar del "Síndrome del Intestino Irritable”, ya que la palabra “intestino” engloba tanto el colon como el intestino delgado.

En mi experiencia, la mayoría de personas que padecen este síndrome sufre de un desequilibrio en el intestino delgado y por este motivo las exploraciones médicas típicas para evaluar el estado del colon no detectan ninguna anomalía. Las pruebas rutinarias que se suelen llevar a cabo (colonoscopia, ecografía, contraste, etc) no están diseñadas para detectar los desequilibrios de la pared intestinal, como la calidad de las vellosidades, calidad de las enzimas disacaridasa o un excesivo crecimiento de microorganismos como cándidas, bacteria o parásitos que suelen aparecer en el intestino delgado de una persona con el Síndrome del Intestino Irritable.

Una vez más, es importante enfocar el diagnóstico y tratamiento desde la globalidad, viendo a la persona como un todo y no como un colon.