La leche permeabiliza el intestino del ternero para que absorba su proteína y grasa y así, en poco tiempo, pueda crecer.

La misma permeabilización ocurre en nuestro intestino cuando somos bebés, con la diferencia de que las moléculas de proteína y grasa de la leche son demasiado grandes para nosotros y cuando entran en sangre activan nuestro sistema inmunitario. Esto puede causarnos síntomas de intolerancia, alergias e inflamaciones que nos pueden acompañar toda la vida.

Y respecto a la osteoporosis, este problema de salud no se desarrolla por no tomar leche sino por muchos otros factores como una alimentación y hábitos de vida descalcificadores: tomar azúcar, café, cereales, la falta de ejercicio, el estrés...

El resto de animales con huesos no toma leche de vaca y no tiene osteoporosis ¿por qué nosotros íbamos a ser la única especie dependientes de las vacas? ¿No te parece absurdo?.