La candidiasis puede actuar como un muro de protección de uno mismo.

He conocido mujeres resentidas con sus parejas por falta de implicación en el día a día, con los niños y/o con las tareas de la casa. El hecho de que estas mujeres se sientan desbordadas de trabajo y responsabilidades puede generar rabia, reconocida o no, hacia sus parejas. Si no resuelven el problema, esta rabia fácilmente puede acabar convirtiéndose en una candidiasis vaginal que les protege de tener unas relaciones sexuales que, en el fondo, no desean tener.

También he visto casos de personas con asuntos inconclusos con sus parejas, como infidelidades no perdonadas, desenamoramientos no admitidos o expresados, que han necesitado una candidiasis genital para marcar límites.

Sé honest@ contigo mism@ y con los demás. No necesitas enfermar para protegerte, ni para no hacer lo que no quieres.