El agua del grifo no debería beberse. Contiene residuos de fertilizantes, herbicidas, pesticidas y nitratos de los campos de cultivo; metales pesados, cobre o plomo, dependiente de qué material están hechas las tuberías; hormonas, especialmente estradiol, de la orina de las mujeres que toman la píldora; y cloro y flúor que se añade para desinfectar y prevenir las caries dentales.

Estos químicos mencionados afectan muy negativamente nuestra salud: nos alteran el sistema hormonal, actúan intoxicando nuestras células y nos roban nutrientes… el cloro, por ejemplo, lo mata todo, lo malo y también lo bueno, incluida nuestra flora intestinal. El flúor se relaciona con el debilitamiento del sistema inmunitario…

Lo mires por donde los mires, el agua del grifo es nefasta para la salud. No importa si tiene buen sabor, evítala.