Para que un tratamiento tenga efecto lo primero que hay que plantearse es qué concepto tienes de ti mismo respecto a tu salud. ¿Te consideras una persona fuerte?.

Muchas personas que pasan por consulta me dicen que son PAS (personas altamente sensibles). Lo comentan desde minuto 1 como para avisarme de que son frágiles, débiles, que necesitan hacer los cambios con cuidado, tomar las vitaminas en dosis pequeñas etc.

Cuidado! Ser sensible no es incompatible con ser fuerte.

No te creas lo que te estás diciendo a diario...que por tener una candidiasis desde hace años, o cualquier otro problema de salud, eres débil, o floj@, o enfermiz@.

Si estás en este Planeta, sea con la enfermedad o desequilibrio que sea, es que eres fuerte. Has pasado por gripes y las has superado, te has cruzado con un montón de bacterias, parásitos y hongos cada día y aquí estás, se han paseado por tu cuerpo células cancerígenas que pululan como “Don Pepito por su casa” y las has destruido antes de convertirse en tumor, además de superar seguramente algún abandono, rechazo, separación, frustración, decepción… eres muy fuerte.

Un tratamiento para que funcione tiene que “engancharse” a un cuerpo receptivo. El primer paso para que esto ocurra es confiar en ti, en tu capacidad de curación. A partir de ahí vas a necesitar mucho menos de lo que imaginas para sanar.