La candidiasis siempre tiene un lado positivo, lo aceptes o no. Es así. Como todo en la vida.

He conocido a personas a las que la candidiasis les ha servido para encontrar una disciplina y una rutina de hábitos de vida saludable… un lugar donde encontrar la seguridad y el soporte para, por fin, sentirse seguras y poder reducir el estrés bioquímico y emocional que les impedía sanar.