En mi consulta no hago menús porque no estoy a favor de ellos.

Hay muchas personas que me los piden porque dicen que son incapaces de organizarse por si mismas o por pereza o por falta de ideas… detrás de estas resistencias suele haber una falta de compromiso hacia si mismas.

Curiosamente estas personas son capaces de cuidar maravillosamente de sus hijos, comprar para ellos, cocinarles, prepararles desayunos etc. O sea, la capacidad está, pero no para aplicarla a ellas mismas.

Parte de un buen tratamiento consiste en que la persona tome conciencia de esta falta de compromiso y aprenda a aplicarlo en su vida propia. En otras palabras, que aprenda a cuidarse.

Cuidarse no es únicamente hacer una dieta siguiendo el menú que te ha recomendado un terapeuta, cuidarse es aprender a escucharse y a seguir las necesidades del cuerpo, que sólo tú sabes.

Para poder llevar a cabo esto, es importante tener todo tipo de alimentos en casa (vegetales, frutas, carnes, pescados, huevos, frutos secos, semillas, alimentos fermentados, aguacates, coco, aceitunas…), y preguntarle al cuerpo qué necesita comer.

Cuando sigues un menú elaborado para ti estás siguiendo las indicaciones “mentales" de un profesional… el lunes toca lentejas sí o sí, independientemente a si el organismo quiere una ensalada porque ese día hace calor o porque el cuerpo se siente pesado por una mala noche o porque ha estado más inactivo… conseguir salud es estar en coherencia con el cuerpo y eso se consigue escuchándolo.

No es aconsejable anteponer la necesidad mental de tener hecho un menú para despreocuparnos de la comida, a las necesidades diarias del organismo.

Aprende a reconocer lo que necesitas comer a diario… en las necesidades del cuerpo influye el clima, ejercicio, descanso, hormonas, estado emocional y más…  y cada día es diferente.

Los menús son estáticos, tu cuerpo no lo es.