Hay pacientes que cuando hablan de sus adicciones alimentarias, se refieren a ellas como un mal trato que se hacen a sí mism@s… como si comer esas sustancias fuera un auto boicoteo.

No lo veo así, las acciones alimentarias no son malos tratos sino actos de supervivencia.

Comemos esas sustancias porque nos calman angustia o dolor o vacío o cualquier emoción mucho peor que el ingerirlas. 

Comer adictivamente es una forma de tranquilizar esas emociones insostenibles, es un acto de supervivencia y de auto protección.

Eso no significa que haya que mantenerlas. El trabajo en terapia consiste ante todo en hacer las paces con la adicción, entenderla y aceptarla y luego:

1) Identificar la sustancia o sustancias o alimentos.

2) Identificar la emoción ligada a ella.

3) Poner conciencia a lo que está pasando en ese momento de malestar para poderlo sostener mínimamente.

4) Canalizar hacia otro tipo de alimentos más sanos.

Y, sobre todo equilibrar la bioquímica, desajustada a raíz de las adicciones,  con una alimentación y suplementos nutricionales adecuados para cada persona. Así será mucho más fácil llevar a cabo este proceso de conciencia y reeducación.