Asegúrate de que consumes la cantidad adecuada de ácidos grasos esenciales, llevando a cabo los siguientes pasos:
- Toma diariamente un par de cucharadas de aceite de la familia Omega6 o, alternativamente, dos cucharadas de semillas (sésamo, girasol, calabaza, lino, chía, etc) trituradas o molidas
- Aumenta el consumo de aceite y semillas de lino, y asegúrate de seguir las indicaciones del paso 5.
- Procura que los aceites poliinsaturados que compres estén prensados mecánicamente a temperatura baja, sean biológicos, y estén guardados en botellas opacas de cristal u otro tipo de envasado que los proteja de la luz. Cómpralos en tiendas donde el vendedor/a sepa cómo manipularlos (por ejemplo, es imprescindible que nunca se coloquen en los escaparates de la tienda donde les dé el Sol o bajo luces potentes). Usa este tipo de aceites siempre en crudo, en ensaladas, sopas y alimentos cocinados una vez servidos en el plato. Guárdalos en la nevera.
- Los frutos secos y semillas deben cumplir unos requisitos parecidos a los aceites: siempre que puedas, cómpralos con cáscara (así estarán más protegidos de la luz, temperatura y oxígeno). Si los compras pelados, asegúrate de que son frescos (nunca comas estos alimentos si saben a rancio) y consúmelos sin tostar. Guárdalos en la nevera.
- Sigue una dieta variada y rica en vegetales, frutas, legumbres, cereales sin gluten (además de los ya mencionados frutos secos y semillas), que te aporte los nutrientes cofactores para la producción de prostaglandinas. En los casos en que hayan síntomas relacionados con deficiencias de Omega6 y 3, es aconsejable tomar también suplementos nutricionales extra: perlas de aceite de onagra o borraja, junto con perlas de aceite de pescado, además de las vitaminas B6, B3, C, A, biotina y los minerales zinc y magnesio.
- Evita el consumo de grasas saturadas presentes en los productos lácteos, bollería, etc.; grasas hidrogenadas como margarina; y comidas fritas.
- Cuando cocines, usa siempre aceite virgen de oliva. Cocina siempre a bajas temperaturas y, si usas la sartén, pon primero los alimentos y luego el aceite. Esta técnica previene la oxidación del aceite. Los cocineros de comida tradicional china ponen agua en el wok antes de cocinar, ya que el agua mantiene una temperatura baja, de 100o C, no tan dañina para los aceites y alimentos.
- Evita los azúcares, pasta, arroz y otras féculas refinadas.
Existe una gran confusión respecto a las grasas. Hay personas que toman margarina convencidas de que es sana, otras evitan los frutos secos porque piensan que engordan, muchas otras eliminan el consumo de todo tipo de grasa y aceites y, en cambio, siguen comiendo carbohidratos refinados sin saber que éstos pueden ser la causa de que tengan los triglicéridos altos...
Recuerda que el buen uso de las grasas puede proporcionarnos salud. Es sólo cuestión de saber utilizarlas.