No me cansaré de repetir… necesitamos volver a lo básico en cuanto a salud y terapia se refiere.

Todos, "pacientes" y terapeutas, necesitamos sentir más y pensar menos.

Racionalizar, intelectualizar, o buscar la lógica a todo lo que pasa en el organismo es mirar las cosas en pequeño. El Ser Humano es mucho más que un cuerpo.

Mi opinión es que las terapias naturales deben contemplar a la persona como un todo, no como un intestino o como un sistema endocrino… hemos de abrir la mirada y ver cómo vive la persona, cómo siente, cómo percibe la vida, cómo se relaciona consigo misma, además de escuchar su cuerpo, sus síntomas, y si es necesario estudiar análisis de sangre y lo que se necesite… pero un análisis de sangre necesita ser ubicado en un contexto amplio para poderse interpretar bien, de lo contrario, es sólo un conjunto de números y valores.

Siempre he creído que los terapeutas para dedicarnos a tratar a personas, necesitamos conocer no sólo las necesidades del cuerpo sino también de la mente y espíritu, y si nosotros no nos trabajamos estos aspectos, difícilmente podremos ayudar en profundidad a los demás. Esto implica un gran trabajo de conocimiento personal, debemos cuidarnos para cuidar, conocernos para conocer, mantenernos estables para ayudar a establlizar y esto es un trabajo de por vida.

Igualmente, las personas que inician un tratamiento también deben estar abiertas a indagar y sincerarse con ellas mismos.

Los problemas de salud deben servir para expandirnos y avanzar, tanto a las personas que vienen a consulta, como a los terapeutas que las tratamos.